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Autor

Auro

Auro

Relatos

Relato de música

por Auro junio 27, 2016

Caminaba lo más tranquila que podía entre aquella nube de gente que parecía que necesitaban llegar los primeros a cualquier lugar que fuese su destino. Estaba cansada porque llevaba un día duro a sus espaldas, nervios, trabajo, frío y sobre todo, el tardar más de una hora en volver a casa. 

Se bajó en aquella estación y estaba todo igual que siempre. Frío, ni una sonrisa, una mirada, únicamente prisa. Prisa por llegar, prisa por volver, prisa por terminar el día o prisa por empezarlo. Pero en definitiva: prisa por ser más rápidos que el tiempo. 

Sin embargo, cuando estaba repasando mentalmente aquel día, lo escuchó. Ese sonido. Invadía toda la atmósfera de la estación, y aunque aún se encontraba muy lejos, se escuchaba casi desde que bajabas del tren.

Un violín, unos acordes, unas notas lejanas, una melodía convertida en susurro para los oídos de aquellos que supieran apreciarlo y se dejaran llevar por ella. Por la música. Y parecía que mientras caminaba la música la acompañaba en cada paso, en cada recuerdo y en cada pensamiento. Y fue así como sonrío y se alegró de tener que pasar por ese lugar para llegar a casa, a pesar de que tardara más o menos.

Porque la música había conseguido ponerle color a su día. Daba igual que el color fuera gris, rosa, azul, amarillo, negro o una mezcla de todos, porque lo que había conseguido era poner la banda sonora de aquel primer día y estaba segura de que así nunca se olvidaría de ninguno de los momentos que vivió ni de los pasos que dio. 

Y mientras se dejaba llevar, notó que sus ojos se llenaban de lágrimas. Y no supo entender por qué pero le gustó. Le gustó porque le hizo plantearse cuál era el motivo de aquella emoción. Y enseguida encontró la respuesta: la música había conseguido que salieran a resurgir todos aquellos sentimientos que desde hacia días, meses o años la perseguían.

Las despedidas, los abrazos ausentes de los seres queridos, la lejanía, las ganas de sentirse cerca, la sensación de fracaso de algunos momentos y la satisfacción de sentirse realizada en muchos otros. 

Pero sobre todo, se percató de que el mayor sentimiento había sido darse cuenta de que mientras hubiera música, él nunca moriría, porque como mismo fue capaz de entregar su vida a los acordes, ahora esos mismo acordes eran los que despertaban mis sentimientos más profundos al escucharlos, porque sabía que a través de ellos, podría volver a comunicarme con él.

Y fue así como le regalé mis lágrimas para decirle que a pesar de las dificultades, todo seguía con el mismo amor que él lo había dejado y para pedirle que por favor, no permitiera que su música nunca dejara de acompañarnos.

junio 27, 2016 0 comentarios
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Relatos

Relato de luz

por Auro febrero 22, 2016

Y ahora se calzaba los zapatos de vestir para ir a arreglar el paro. 

Y hacía los kilómetros en su mente, incluso más, de los que antes hacía físicamente. 

Y lo que ahora lo ahogaba no era muy diferente de lo que lo ahogaba antes, pero con la diferencia de que ahora le faltaba suelo para caminar. Lentamente, sin saberlo ni quererlo se estaba adentrando en un túnel por donde quedaba poco espacio para que pudiera pasar el aire que le traía el oxígeno para respirar. 

Y cada vez le pesaba más y le costaba más levantarse con una sonrisa. Con aquella que nunca lo abandonaba aunque se cambiara de ropa, porque esa la llevaba de serie, como reflejo de su felicidad. Sin ser muy consciente de ello, estaban intentando arrebatársela, la tristeza estaba luchando para imponer su reinado sobre su actitud y su energía.

Pero no se lo iba a permitir. Todavía disfrutaba del amor y eso nadie iba a poder arrebatárselo jamás ni iba a tener que solicitar a otros que se lo dieran. Ya lo tenía y lo daba cuanto podía. 

La oscuridad hacía mella e intentaba inundar su horizonte, pero a él siempre le gusto el cielo azul y el mar, esa línea infinita donde nunca llegan a cruzarse ambos. Y aunque no lo sabía, nunca iba a dejar que esa línea se desdibujase o tuviese un fin, porque su túnel tenía una salida, difícil de alcanzar pero allí estaba, esperándolo con la luz que le indicaba el camino. 

Tuvo muchas piedras que desde el otro lado del túnel intentaron tapar esa luz para que se perdiera en las sombras, pero él nunca dejó de caminar, nunca se sentó ni se dio por vencido… y nunca lo hará.  

Porque algún día llegará y se destapara ese túnel, dejando entrar el brillo y la luz que nunca lo han abandonado, porque aunque no lo sabe, la brillantez la lleva dentro de sí y tampoco nadie ha podido ni podrá arrebatársela nunca. 

El oro nunca deja de brillar por mucha ceniza que le caiga encima. No va a ganar la desesperanza ni el ahogo, porque siempre que vaya calzado con su sonrisa, no le hará falta nada más.

Y me pregunto por qué a todos ellos los llaman “parados”, si no dejan de moverse y de luchar siguiendo el haz de luz de la esperanza.

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Relatos

Relato de despedidas

por Auro enero 25, 2016

La lluvia les recordaba que había de nuevo un motivo para llorar. Reinaba el silencio para evitar que las palabras revelarán la tristeza que sentían sus corazones.El intento de sonrisa tranquilizadora, de que todo saldría bien, caía en vano en el pozo de la desolación al estar acercándose cada vez más al lugar que más los alejaba.
Esta vez, esperaban que fuera la de menos tiempo pero el fantasma de todas y cada una de esas 9 veces en las que había sucedido exactamente lo mismo era muy difícil de dejar atrás. El tener y no querer hacerlo, el avanzar sin remedio y el desear quedarse atrás. 


Y llueve. Sigue lloviendo, pero moja más en el interior que en el exterior. Dentro es mucho peor. Cada vez hace más frío. Y llegan. Llegan juntos al lugar del que inevitablemente se irán cada uno por separado. El abrazo, las palabras. El querer transmitir tranquilidad al otro y el derrumbarse según cruzan las puertas que los llevan en diferentes direcciones. 


Ya no hay más contacto, ya no hay más calor. Separados. Otra vez. Por décima vez en un año. No puede aguantar más, y escondida en su abrigo se derrumba, mientras continúa intercambiando palabras escritas. A partir de ahora y por un tiempo serán así. Escritas sin voz, sin el sonido de su risa. 


Sigue lloviendo. No hay vuelta atrás. Despega de ese lugar en el que aunque no están sus raíces, está su mayor fruto. Y por décima vez, justo en ese momento que se separa del suelo, siente que le han arrancado un poquito de vida. Porque ese poquito de vida se queda allí. 


Piensa que pasará pronto, piensa que será la última vez. Consuelo. Consuelo mientras sus mejillas brillan en la oscuridad del lugar, húmedas de tristeza. Y sigue lloviendo. Sus raíces la llaman pero no quiere volver, quiere quedarse allí. En el lugar del que a cada segundo se aleja más y más. Y no es fácil lo que les espera. 

Llega. Qué diferente es aterrizar así. Y aunque hace sol, sigue lloviendo.

Porque nunca ha dejado de llover en su interior. Porque ahora hay un océano que los separa. Y aunque la necesidad y el consuelo hagan que llueve cada vez con menor intensidad, la ausencia nunca se llena y el tiempo pasa muy lento acompañado de la soledad.


Y me pregunto por qué a la gente le gusta tanto volar. Bueno, sí lo sé. Porque lo llevan todo. Es muy diferente cuando sientes que no te vas con todo el equipaje, cuando dejas un trozo de vida en cada lugar.

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Relatos

Relato de dos vidas

por Auro septiembre 14, 2015

Se despertaron en la calle, en momentos y lugares diferentes pero en la calle. Después de muchas semanas de oscuridad, silencio, calidez y latidos maternales que alimentaban su corazón, se encontraron en el frío, ruidoso y desconocido infierno de la calle. No nacieron a la vez ni compartieron el mismo lecho, ni se toparon con las mismas barreras al despertar por primera vez al nacer, pero sí sufrieron pesadillas paralelas.

El primer olor, el primer sonido debería ser el de su madre, su alimento y su guía, su fuente de calor y cuidados pero no fue así. Alguien decidió que la mejor manera de comenzar a vivir sería rodeado de los desechos que los demás no quieren, que tiran sin importarle lo más mínimo lo que contenga en su interior… porque lo que hay en su interior no es más que basura. Así, consideraron que eso era él y sus otros tres hermanos, basura, desechos que no merecían la mínima oportunidad de vivir, como el que tira un pañuelo de papel arrugado, sin el más mínimo sentimiento o culpabilidad hacia lo que está haciendo. Así empezó su vida, sus primeras horas…en un contenedor de basura, con la oscuridad que sus ojos le proporcionan al principio de sus días, oliendo lo que las otras personas no quieren, sus desechos, sus bienes ya utilizados y que no sirven para nada más y escuchando los lamentos de sus otros hermanos buscando a su madre, buscando el calor de aquella que bien los habría sabido cuidar y que jamás hubiera permitido que alguien tomara esa decisión por ella, arrebatándole aquello que había crecido y llevado en su interior y que con tanto amor y ahínco se había encargado de proteger. 


No sabía nada de la vida, ni conocía aquellos olores ni aquellos ruidos que venían del exterior, pero sólo sabía que no estaba allí aquella que le reconfortaría, calentaría y enseñaría a vivir. Sólo escuchó como caía en un montón de residuos y se cerraba una tapa que indicaba el principio de su agonía. Sabía que eso no podía ser la vida pero empezó a acostumbrarse y a aprovechar el calor que le daban sus otros hermanos hasta que se agotara completamente. Su corazón cada vez se helaba más y lo único que hacía era gritar con más fuerza para que su madre viniera a su encuentro, para que les diera calor y los rescatara de aquel hedor y aquel asfixiante contenedor. 
Pero no fue así. La oscuridad ya no era sólo aquella que sus ojos cerrados le impedían ver sino que su corazón, su cuerpo, su piel y su voz se volvían cada vez más oscuras, frías y ausentes, porque sin duda, sabía y sentía que aquel no era el lugar en el que debería estar. Cuando cada vez sus gritos eran mas ahogados y su cuerpo más se enfriaba, sucedió un milagro. 


Sólo oyó cómo alguien abrió la tapa… una voz,… dos voces, diferentes a la suya pero por lo menos voces que desprendían calor, algo que desde hacia varias horas había perdido de manera irreversible. Lo cogieron, lo sacaron y sólo sabía que tenia que seguir gritando, pidiendo auxilio para que le dieran calor y lo alimentaran y para suplicar que por favor no lo volvieran a llevar a un sitio como aquel. 


Afortunadamente, a pesar de su probable desconfianza, a partir de ese momento las cosas que sucedieron no tenían nada que ver con aquel oscuro lugar. Las voces que escuchaba no tenían que ver con aquellas voces gélidas y vacías que había escuchado nada más nacer y que habían decidido llevarlo a aquel lugar. Empezaron a darle calor y comida, pero lo más importante, empezaron a darle amor, todo el amor que se merecía una criatura que acababa de llegar al mundo sin haberlo decidido él y que en lo poco que llevaba de vida había conocido ya el odio, la desesperación, la maldad y el egoísmo de esos “seres” que se creían superiores y que por ende, se creían con total derecho a decidir por él el tipo de vida que le esperaba, o mejor dicho, el tiempo de vida que le esperaba hasta acabar aplastado por una máquina como un residuo más, como la basura que ellos consideraban que era.


Y ahí se produjo el verdadero despertar de Coco.                                                                                                        

De la otra historia no se conocen tantos detalles pero sí se sabe que lo primero que olió y escuchó fue la calle, que donde primero pisó fue en el asfalto y que su pequeño corazón no estaba preparado para todo aquel ambiente ruidoso y peligroso en el que parecía que debía pasar el resto de su vida. 


Como referente tuvo a su padre, su madre probablemente no haya podido sobrevivir a aquella jungla de motores. Con su padre aprendió a alimentarse de lo que encontraba en la calle o de lo que amablemente le daban en algunas casas y con él disfrutó del calor de la familia durante una buena temporada. El mejor día de su vida fue cuando su padre le descubrió aquel lugar. Un lugar donde siempre les dejaban alimento para superar sus duros recorridos y reponer las pocas fuerzas que la calle les dejaba. 


Tenía mucho miedo, no sabía de qué serían capaces aquellos seres y aunque estaba enormemente agradecido por darle alimento, su padre le había enseñado que no se podía fiar de nadie que perteneciese a esa especie porque a pesar de parecer todos iguales, habían muchas diferencias entre ellos y te podías topar con uno que te quisiera dar calor y amor como con otro que te utilizara como juguete con el que divertirse o blanco cual piñata para golpearte con palos hasta que la vida no pudiera acompañarte más. Aún así encontró ese lugar increíble y ya supo que no se quería ir más de allí. Le habían dejado una especie de lona en lo alto de un muro, respetando así su desconfianza pero a la vez proporcionándole el cobijo que tanto necesitaba, y decidió aprovecharse de ello, estando siempre alerta y huyendo ante cualquier movimiento sospechoso por parte de aquellos seres, pero refugiándose del frío y la noche en aquel rincón. Su padre, como no podía ser de otra manera, lo acompañaba en sus largas tardes de retiro pero aún sentía la necesidad de experimentar en aquella jungla y de descubrir lugares nuevos y diferentes por si algún día dejaban de recibir aquellas comodidades de esa familia. 


Desafortunadamente un día no volvió más y su pequeño se quedó solo en aquella lona que se hacía cada vez más grande para el y en un mundo que se le caía encima cada vez que imaginaba que su única salida estaba en aquel lugar y en aquella casa y que ya nunca más tendría a su padre para asumir los riesgos por él o para aprender cómo debía comportarse. 


Sin embargo, el desenlace de esta historia también tiene un final feliz. Esa misma familia que decidió irse ganando su confianza progresivamente y aceptando los límites que éste les ponía, consiguió que se adentrase en su hogar y a partir de ahí Lupo supo que no le hacía falta buscar más sitios en los que refugiarse, porque le habían dado el mejor refugio que se puede tener, un refugio en el corazón de una familia. 

Y a partir de ahí fue cuando Lupo descubrió lo que es un verdadero hogar.


Y aunque cada uno fue creciendo por separado, un día se encontraron y ya sabían que se harían inseparables, que aquellas personas que le habían dado la oportunidad de vivir se convertirían en su familia y que nunca más les pasaría nada, porque ya no sentían frío ni oscuridad sino felicidad y amor por poder compartir momentos juntos y por contar con cuatro personas que se habían dispuesto a cuidarlos y a amarlos como se merecían y que en ningún momento les habían demostrado que eran esos desechos que una vez sintieron que eran porque otros así se lo demostraron.

septiembre 14, 2015 1 comentarios
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Momentos

Un trocito de mi

por Auro mayo 19, 2015

Te he encontrado…

He encontrado la música que quiero que sea la banda sonora de mi vida.
He encontrado la capacidad de sonreír sin necesidad de tener siempre un motivo.

He encontrado el perfume que quiero que impregne mi cuerpo.

He encontrado la mirada que sustituye a cualquier palabra.

He encontrado la luz que ilumina mi camino cuando se oscurece.


He encontrado la fuerza que complementa mis ganas cuando desfallezco.

He encontrado la imagen más bonita que quiero siempre contemplar cuando me despierto.
He encontrado el mejor amanecer y el mejor anochecer para empezar y acabar el díaHe encontrado el frío que necesito cuando estoy a punto de derretirme y el calor cuando me congelo.

He encontrado el sol que me reconforta y la luna que me escucha cuando no queda nadie despierto.

He encontrado el mar que me da tranquilidad y aventura en la proporción que exactamente deseo.He encontrado las huellas en el camino que el viento nunca podrá borrar.He encontrado el amor que se esconde en una palabra, sonrisa, una mirada, un te quiero y un perdón.He encontrado lo que nunca me hizo falta buscar para que apareciese.

He encontrado lo que nunca soñé con encontrar y jamás desee buscar.Porque nunca me hizo falta hacerlo.

Porque tú me lo regalaste,Porque todo esta en ti y no necesito buscar más,Porque supe lo que era querer aprendiendo a hacerlo.

Porque siempre estuviste y estás a 19 centímetros de mis ojos.

mayo 19, 2015 0 comentarios
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Momentos

Distancia

por Auro enero 19, 2015

¿En qué se mide la distancia? 

Muchos responderían a esta pregunta con una medida, quizá dirían que en kilómetros o metros, quizá en unos pocos centímetros, otros dirían que en alejamiento, en no poder sentir a otra persona, en el tiempo que te separa para llegar hasta él, en la frialdad, en la indiferencia… el no poder hacer las mismas cosas que hacías cuando esa distancia no existía, cuando eran sólo pocos metros o pocos centímetros lo que te separaba de la otra persona, e incluso de que no hubiera distancia alguna que los separara sino simplemente la respiración.

Hace algún tiempo escribí sobre el significado de una ausencia, de una pérdida, de esas pérdidas irreparables entre las que no existe distancia alguna sino simplemente, es imposible llegar hasta ellas, ya no están en ningún lugar físico. Por eso, veo una gran diferencia entre una distancia y una ausencia. No creo que la distancia se mida solo metricamente o con las cosas que te impide hacer o las cosas que “faltan”. Físicamente, implica un alejamiento entre dos puntos o personas pero emocionalmente no creo que sea así. Creo que la distancia depende del valor que le des y de la manera en qué tu sientas lo cerca o lo lejos que estás.


Porque en tus sentimientos es donde realmente tienes que buscar si existe esa distancia o no. No siento mi corazón más frío o vacío que antes, no siento que la fuerza y la intensidad haya disminuido en mí, no siento que haya algo que me impida decirte lo que siento o de demostrarte una caricia con mi mirada o mi sonrisa.  No siento que estemos lejos, siento que estamos más cerca que nunca porque ahora sólo tengo que buscar en mi corazón para saber que estás aquí, que vas conmigo a donde quiera que yo vaya, que cuando te necesite estás en mis pensamientos y que cada lágrima se convertirá en felicidad en el momento que te vuelva a ver. 


Siento que las cosas son diferentes, pero también siento que son más intensas. Veo que cada vez más se fortalece lo que siento, y me confirma y retroalimenta demostrándome que esto es lo que quiero para mí, que esto es lo que quiero en mi vida porque por muchos kilómetros que nos separen, no siento que estemos lejos, no siento esa distancia ni ese frío, siento que todo es más intenso y que por cada momento bajo van a haber el triple de buenos cuando estemos cerca. 


Porque no siento que mi corazón esté vacío, siento que está lleno de ti, de tus recuerdos, de tu sonrisa, de tus miradas, de tu risa… y todos sabemos que no siempre la distancia más corta es la más fácil.


No veo dos puntos separados, sólo veo una línea que abre un nuevo camino porque nunca olvides que la distancia más larga es aquella que hay entre dos personas que aún estando cerca se sienten lejos.

enero 19, 2015 0 comentarios
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Momentos

Aniversarios

por Auro agosto 18, 2014

Resúmenes de un año,

de pérdidas, de ganancias,de principios, de finales

de tristeza, de alegría, de nuevas experiencias, de vacío y soledad,

de amor y conocimiento, de mentiras y de verdades,

de cosas significativas, o insignificantes.

De luchar o de perder las fuerzas,

de encontrarse o de perderse,

de caminar por sitios nuevos, o de descubrir cosas nuevas en los que ya has recorrido,

de sonrisas, de lágrimas, de decepciones y satisfacciones,

de celebraciones o de recuerdos,

de los que están y los que ya no

de balances, y me pregunto ¿positivos o negativos?¿y por qué no de las dos cosas un poco?

agosto 18, 2014 0 comentarios
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Momentos

Infinito

por Auro noviembre 25, 2013

En este mundo, la mayoría de cosas que vemos, sentimos o tocamos son finitas. Y que algo sea finito no es sinónimo de que sea malo, puesto que puede significar que algo ha cambiado y ha dejado de ser lo que era en un principio para convertirse                                           en algo nuevo.

Como decía, son pocas las cosas que podemos considerar infinitas en nuestro día a día, porque cuando hablo de infinito me refiero a algo que no se muere o se destruye nunca, sino que más o menos se mantiene igual, tiene una estabilidad. Está claro que fenómenos naturales como el aire, agua, etc. nos parecen infinitos y que no se acabarán nunca pero incluso ellos tienen un fin, o nosotros mismos podemos incluso ponerle un fin si queremos.

Pero si hay algo que creo que es infinito y que no se apaga nunca, es el amor. Y suena a frase romántica o a una utopía pero ahora explicaré a lo que me quiero referir.

Lo primero que quiero dejar claro es que no hablo sólo del amor pasional, romántico, etc., o del amor referido sólo a una pareja sino que hablo de la sensación en sí, del amor de cualquier tipo. Creo que el amor es algo que nunca se muere y es porque siempre dejará huella en alguien, siempre quedará ahí.

El amor a un abuelo, a los padres, familia, amigos y a tu pareja estable (si se mantiene hasta la muerte) no desaparece. Porque podríamos pensar que desaparece cuando te mueres, pero no es así, porque entonces ese amor que has creado con otra persona, ese vínculo, quedará siempre en el recuerdo y sentimiento de la otra persona. Cuando se nos rompe algo normalmente nos acabamos olvidando de ello a lo largo de un tiempo, o no desarrollamos un sentimiento especial hacia eso, pero esto no ocurre con la pérdida de alguien. Vemos como a pesar de los años que pasen de que esa persona ya no está o no forma parte de nuestras vidas, el amor que sentíamos sigue ahí, si no en el corazón, en el recuerdo, pero nunca se puede borrar.

Los conocimientos, y muchas otras cosas desaparecen pero eso no. Sentirse amado es la mejor sensación que puede existir y la que todos deseamos, así como dar amor, es lo que se podría considerar necesidad de afiliación según la psicología. Se ha demostrado que es esto, entre otras cosas, una de las principales cosas que nos ayudan a superar enfermedades, que nos dan la fuerza que necesitamos para seguir luchando por mantenernos en pie, por seguir dando y recibiendo amor de las personas que realmente queremos en nuestras vidas.

No es algo que se vaya con la otra persona, porque al necesitar de dos, de tres o las personas que sean, siempre el recuerdo se quedará en la persona que aún sigue aquí. Y no hablo sólo de pérdidas irreversibles sino de lejanía, de distanciamiento, de imposibilidad, etc. Cuando hay amor incondicional, amor del tipo familiar, (que no por eso está restringido a la familia sino también a amigos o pareja), no necesitas el contacto interpersonal todos los días o en cualquier momento, porque lo más importante es que ese amor está en tu recuerdo. 
                         

No quiere decir que a cualquiera no le alegre ver a ese amigo que hace tiempo que no ves, o pasar mucho más tiempo con su familia o pareja del que pueda. Por supuesto que sí, pero quiere decir que somos capaces de vivir sólo con la fuerza que nos aportan los sentimientos almacenados, los momentos vividos y las palabras grabadas.

Sólo necesitamos hurgar en nuestra mente y quedarnos con esa muestra de amor hasta que podamos construir muestras nuevas, o si ya es imposible, hasta seguir repasándolas cuando las necesitemos para que nos aporten la fuerza que necesitamos para continuar o simplemente para vivir, sintiéndonos amados.

Es por esto por lo que creo que el amor, nunca muere porque siempre seguirá transmitiéndose a otras personas o animales en forma de recuerdos, y siempre quedará ahí, en el ambiente, aunque nos encontremos en la oscuridad. Y esto es así también, porque en cierto modo, lo necesitamos. Empezando por el amor a nosotros mismos.

noviembre 25, 2013 0 comentarios
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Experiencias

Ideas destructivas

por Auro noviembre 18, 2013

La fuerza de las ideas es inigualable. 

El defender y luchar lo que realmente pensamos o queremos, es lo que nos hace alcanzar el éxito que buscábamos.

Sin embargo, creo que el poder de las ideas tiene una parte negativa. Las ideas pueden ser importantes, necesarias para que empecemos un proyecto nuevo, para que nos demos cuenta de cómo nos estamos sintiendo o para empezar a cambiar algo, es decir, en este caso, las ideas se moverían por la fuerza de la perseverancia y la necesidad de logro, de conseguir algo que nos proporciona un beneficio personal, que nos ayuda a sentirnos autoeficaces y a crear nuestros sueños y visualizar nuestros futuros y posibles éxitos.
Pero, por otro lado están las ideas absurdas, por su contenido en sí, las ideas que no nos van a cambiar la vida, las ideas que surgen en una conversación rutinaria con un amigo o conocido y que sin embargo, parecen ser las que más estamos dispuestos a defender.

Deberíamos pensarlo y darnos cuenta cómo nos cambian estas ideas para poder aprender a sacar algo bueno de ellas, porque normalmente lo que nos traen son problemas (discusiones, prejuicios, enfados, etc.). Quiero decir, ¿por qué somos tan capaces de defender una idea o creencia con todas nuestras fuerzas para imponernos con la razón (que siempre creemos todos que tenemos cuando discutimos) ante otra persona que piensa lo contrario a nosotros o que nos está proponiendo una alternativa que si la analizasemos objetivamente no es descabellada? ¿por qué cuando discutimos de un tema banal ponemos tanto empeño en demostrar que lo que decimos nosotros es lo que es? 

Lo peor de todo es que normalmente son ideas dicotómicas, es decir, que sólo tienen dos polos, tiene que ser blanco o negro, y el conflicto surge cuando nosotros pensamos que es blanco y la otra persona piensa que es negro porque entonces lo de llegar a un término medio parece lo más imposible de conseguir, pero no porque lo intentemos y veamos que no llegaremos a nada (que a veces pasa con algunas personas) sino porque NO lo intentamos si quiera, tiene que ser lo que nosotros decimos y ya esta.

Mi pregunta es, ¿acaso es tan importante y vital para nosotros saber si (por ejemplo) una persona va a actuar de una manera u otra? Por ejemplo, una típica discusión de:

A. Vi un programa interesantísimo el otro día en esta cadena

B. Pero ¿qué dices? Si esa cadena nunca pone nada interesante.

A. Pues a mi me gusta porque si salen cosas interesantes.

B. Pues porque te gusta el cotilleo y esas cosas, a mi es que eso no me va…Ya verás que acabarán cerrándola, o bueno, capaz que no porque con la cultura de este país.

A. Pues como si no hubieran programas peores por ahí que ponen en otras cadenas. Siempre lo mismo con este canal, no lo entiendo…Tú lo que pasa es que no te enteras y vas de culto por la vida.

Y así puede seguir la discusión, cada vez más subiendo de tono y poniendo todos nuestros esfuerzos para convencer al otro de que lo que decimos nosotros es la verdad. La cuestión es, ¿por qué? ¿es acaso tan importante? No digo que no se pueda debatir pero llegar hasta el punto de defendernos usando ya argumentos que acusen a la persona directamente no me parece normal y menos siendo un tema tan básico en el que cada uno puede tener su opinión y respetarlas y ya está.

Lo peor de todo esto es que si nos ponemos a pensar, en otras cosas que si nos afectan directamente, sí que nos dejamos llevar por las opiniones de los demás y logramos llegar a un término medio, o incluso creernos con los ojos cerrados lo que los otros nos dicen. Por ejemplo,

A. Estuve mirando una academia de inglés el otro día que tiene un curso super interesante y bien de precio.

B. Ah si? Que bien! pero esta certificado a nivel europeo?

A. Pues no sé creo que no, tendría que preguntar.

B. Pues yo creo que es mejor que lo intentes por otra vía más oficial porque así tienes ya un título que no caduca ni nada.

A. Es verdad. Solución 1: voy a informarme mejor y ya veo si me apunto o no. Solución 2: Bueno mejor lo dejo y ya miraré en una oficial.

¿Por qué? Vale que son consejos y que está muy bien que si encuentras algo mejor te vayas a ese otro sitio, pero a lo que voy es a que nos dejamos aconsejar,escuchamos y valoramos la opinión de otros en temas que nos afectan a nosotros directamente y que igual, por hacer caso a malos consejos hacemos algo que no nos apetece hacer o abandonamos un sueño por el simple hecho de “esperar a que haya algo mejor”.

Creo que nos rendimos muy fácilmente cuando se trata de empezar algo por nosotros mismos porque es como si nos faltara algo de seguridad o de aprobación por los otros, pero cuando se trata de algo que no nos afecta si somos capaces de dejar que las ideas se apoderen de nosotros y nos destruyan en el sentido de defender ciegamente algo que realmente no va a cambiar nuestra vida.


Siempre me ha llamado esto la atención porque me ha servido para darme cuenta que la importancia que le damos a las cosas en el momento determina enormemente el modo que tenemos de actuar o de seguir adelante con ello, y que por eso, cuando a algo le ponemos muchísimas ganas pero vamos cerrados, en un túnel sin dejar que de vez en cuando entre alguna luz que nos puede reconducir o aportar nuevas ideas, en realidad, lo único que conseguimos es aprender a trabajar solos y a sentir que no nos vamos a equivocar o que nuestros proyectos son los mejores del mundo. 

Pero cuando le ponemos las mismas ganas, y en vez de entrar en un túnel dejamos siempre puertas abiertas a las que podemos acceder cuando nos apetezca y cuando lo necesitemos, puertas que nos den información o que nos ayuden a contrastar algo de lo que estábamos completamente seguros y era erróneo, es cuando realmente vamos a conseguir exactamente lo que queríamos conseguir, porque aunque hayamos cambiado algo en el diseño, el resultado va a ser exactamente el esperado: sentirnos satisfechos con nosotros mismos y sentir que hemos crecido.

Tenemos que pensar, que de vez en cuando estamos tan centrados en nuestro propio camino que no vemos o no queremos aceptar las otras opciones que aparecen ante nosotros, y por eso, muchas veces, nos quedamos caminando en el mismo sitio conocido, preguntándonos qué hubiera pasado si las cosas hubiesen sido diferentes, si hubiésemos experimentado más antes de elegir ese sendero.

Lo que quiero decir con todo esto es que, deberíamos aprender a dosificar la fuerza que nos aportan las ideas, dejando a un lado eso de perderla toda en discusiones sobre temas insignificantes y aprovechándola para impulsarnos con ella, escuchando y valorando las diferentes opciones que nos pueden llevar al sitio donde realmente queremos estar.

noviembre 18, 2013 0 comentarios
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Experiencias

Pérdidas

por Auro septiembre 2, 2013

Las pérdidas siempre son dolorosas, ya sean las irreversibles en la que no se puede hacer nada más, o las que son reversibles pero no existen los medios, las ganas o las intenciones para recuperarlas.

Pueden ser de muchos tipos pero en este caso me voy a limitar a hablar de las pérdidas en las relaciones, que pueden ser, cuando se pierde el contacto con alguien o simplemente cuando se sigue manteniendo pero ya las cosas no son igual.

A veces me pregunto si esta es una de las capacidades más desarrolladas del ser humano. Entiendo y comparto por mi propia experiencia, que cuando algo se rompe en una relación y te está haciendo daño lo mejor es dejarlo y alejarte de eso que te está perjudicando, pero lo que no llego a comprender es cuando algo se rompe o pierde sus características porque las personas lo quieren así.


Me explico, pongamos el ejemplo de una mascota. Envidio ante todo ese amor incondicional, en el sentido de que, una mascota siempre está a tu lado si la cuidas como se merece, es decir, además de la necesidad que de un cierto modo tengan de ti porque al fin y al cabo dependen de ti para comer, bien podrían alimentarse y que la relación quedara ahí pero no es así. Una mascota te demuestra que te quiere con pequeños gestos, hay los que dan besos, los que ronronean, los que ladran o maullan al verte, o mil cosas más, y son capaces de entender cuando te sientes mal o cuando estas llorando o gritando para acudir a ti a hacerte compañía, inocentes de saber que quizá en algún momento los puedas rechazar o puedas llegar a ignorarlos o a hacer otra cosa como salir, en la que no cuentes con ellos.


Y ahí está la diferencia….Pienso que el ser humano pierde esta esencia de amor, de demostración y de apoyo en los peores momentos por el famoso “don de la palabra”. Las palabras están muy bien y no cabe duda que es nuestra forma de comunicarnos pero el problema no está tanto en lo que decimos, sino en lo que interpretamos de lo que dicen los demás.


Muchas veces nos olvidamos del contenido “primitivo” de muchas expresiones como un te quiero, en el que sólo y unicamente queremos decir eso y nada más. Sacamos conclusiones absurdas y cosas que van más allá de lo que en realidad quiere decir la persona en función de la situación. Y eso no nos lo planteamos con los animales, quiero decir si tu gato viene ronroneando no te planteas si te lo hace para conseguir otra cosa o si lo hace sólo por que nos sintamos bien y no porque le apetezca. Siempre lo vemos como una muestra de que nos apoyan y se sienten felices a nuestro lado.


Pienso que el mundo está lleno de malas interpretaciones, pensamientos que pasan por la cabeza de muchas personas y que les llevan a romper relaciones que ni siquiera estaban en proceso de destrucción por la otra parte, o que ni siquiera iban a acabar mal si no llega a ser por las malas interpretaciones que hacemos de los demás. Y lo más curioso, es que muchas veces ese don que tenemos no lo sabemos aprovechar para hablar con las personas a la cara y decirle lo que sentimos o pensamos sino que lo hacemos para hablar de los demás pero sin que estos nos escuchen…palabras en vano, vacías que nunca llegaremos a escuchar…


Aún así quiero pensar que no todo es eterno y que como dice el gran escritor Albert Espinosa en su libro “El mundo amarillo”, las pérdidas siempre pueden ser ganancias. Esto es, afortunadamente siempre tendremos a alguien que nos demuestre ese amor incondicional, ese cariño animal que es tan díficil de conseguir en algunos humanos o que se pierde con el tiempo, y es esto lo que nos hace sentir especiales y lo que tenemos que valorar. Puede que en un momento de nuestra vida perdamos a alguien y nos sintamos solos, pero siempre tenemos que pensar que eso sólo servirá de base para que aprendamos a sentirnos más especiales para aquellas personas que si nos demuestran lo que sienten, y que por lo tanto esa sea la ganancia a nuestra pérdida, que la supera con creces.
Hay momentos y personas a lo largo de nuestra vida que marcan una diferencia importante, y que aunque se rompa la relación, siempre tenemos que quedarnos con los buenos momentos que nos regalaron y que pasamos con ellos, que tuvieron un ciclo y ya se acabaron…o quién sabe si algún día volverán, pero lo importante es que siempre sintamos que somos especiales.


septiembre 2, 2013 0 comentarios
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Vivo en todas y en ninguna parte, conozco más mundo del que mis ojos me han permitido ver, viajo más allá de los límites que el mundo me impone, siento emociones desconocidas en mi propia piel, descubro fantasías como si de la realidad se tratasen.

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