Animalada

por Auro

Siempre me ha sorprendido el significado coloquial y peyorativo que le otorgamos a a algunas palabras y que en mi opinión se aleja sobremanera de la realidad.

En este caso me gustaría referirme a animalada, expresión con la que nos referimos a un hecho que causa rechazo por ser torpe, equivocado o exagerado. Aquello que vemos como una burrada (donde volvemos a cometer el mismo error), una bestialidad.

Y es que no he encontrado en los animales esa exageración o equivocación de la que hablan, ese exceso. Los animales, y así nos lo demuestran, tienen la capacidad de sentir. Conocen el sentimiento del amor, la protección, el interés, la incondicionalidad, y también el miedo, el rechazo, la huida, la agresividad e incluso la ira.

Pero lo que nunca he percibido en un animal es el odio, la intención de hacer daño por diversión. Matan por instinto, se reproducen y se alimentan por una necesidad vital, y probablemente ese amor de los animales domésticos también responda en parte a su interés y dependencia para sobrevivir, aunque desde luego, no en su totalidad.

Lo que sí tengo claro es que los animales no son asesinos, no matan por placer, no sienten envidia, no desprecian y humillan a los demás con el mero fin de sentirse satisfechos, superiores o mejores. La mayoría incluso, responde a cada palo o maltrato que recibe con una caricia y con la máxima expresión de fidelidad mientras sus “dueños” los dejan morir en vida.

Entonces, ¿por qué concebimos como una animalada algo torpe, un acto brutal, una barbaridad?

Los humanos nos llevamos el primer premio a la hora de crear y generar sufrimiento ajeno, desprecio y muerte, pero como también nos creemos dueños del “lenguaje” es más fácil atribuir a otros, a esos, los de la especie inferior, todas esas cualidades que día a día a muchos les devuelve su propio reflejo en el espejo.

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