Soy mujer.
Y soy sensible, apasionada, romántica, sentimental, soñadora.
Pero también soy segura, decidida, ambiciosa, luchadora, temperamental y orgullosa.
Entre otras muchas cosas.
Y es que soy yo misma, quien quiero ser.
Con lo que siento.
Diferente al resto y tan igual como necesite.
Porque lo que no soy es una etiqueta.
Una concepción infravalorada o socialmente aceptada de lo que se espera de mi.
Soy una mujer. Diferente a ti, al resto, al mundo. Como cualquier persona.
Porque no somos todas iguales. Cada una con su mapa, con sus constelaciones y con su oscuridad.
Ni menos ni más. Simplemente somos.
Y así es como me gustaría que me vieras, que nos vieran, que nos viéramos.
Porque nunca nos debería definir un sexo, sino un ser.
Ser personas completamente independientes, sin etiquetas que nos juzguen y con la libertad que todos y todas merecemos.
Siendo iguales en derechos y diferentes a nivel individual en necesidades y formas de nuestra personalidad.
Y por eso, soy todas esas cosas y además soy mujer, porque lo importante es saber que lo que me define es lo que me hace libre, y para eso nosotras seguiremos luchando hasta que sea así siempre, no a veces.
