Un año

por Auro

Hace un año empezaba una temporada de incertidumbre para todos.

En la que no éramos conscientes de que lo que serían los primeros 15 días se iba a convertir en un año entero.

Hace un año empezábamos a vivir un encierro en casa. En ese lugar al que estamos deseando llegar después de un día duro de trabajo o de una noche de fiesta en la que nuestros pies ya no tienen habilidad para bailar.

Quien nos iba a decir que pasados unos meses íbamos a estar deseando escapar de allí.

Y es que hace un año se transformaba nuestra realidad, nuestra manera de vivir, nuestra manera de percibir y valorar las cosas.

Porque hace un año empezó una oscuridad de la que nos costaría mucho salir. Una cárcel sin abrazos, sin contacto, sin cercanía, pero sobre todo sin despedidas, con mucho dolor, soledad y muertes injustas.

El peor encierro por necesidad de nuestras vidas, donde tanto dentro como fuera a medida que pasaba el tiempo crecía la desesperanza, el miedo y la tristeza.

Y hoy hemos avanzado en muchas cosas, pudiendo decir con orgullo que gracias al esfuerzo de todos y de la investigación, estamos más cerca de salir del túnel.

Pero aún con todo eso, seguimos aceptando el encierro de otros, aprobando su cautividad y apoyando aquello que tanto nos hundió a nosotros, para ellos. Porque total, las emociones son exclusivamente humanas. Y ellos, ¿qué van a sentir? 

📌Reflexión producto de la inauguración de un hotel en China donde los huéspedes pueden ver a osos polares desde sus habitaciones.

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