Mi inspiración

por Auro

Una vez me preguntaron de donde venía esa creatividad al escribir, al dibujar, al pintar. 
En ese momento me vinieron muchas personas a la cabeza, y fue lo que respondí: de mi madre, mi hermana, mi padre. “Mi abuela también pinta y ha hecho grandes obras cosiendo” recuerdo que conteste también. 

Pero hoy se que no fue la respuesta correcta. 
Cada una de esas personas por supuesto me han aportado siempre ese color, esa chispa, la inspiración para dibujar y escribir. Siempre fueron y serán mis referentes. Pero realmente no incluí a la persona más creativa de todos nosotros: mi abuelo.

Como bien dijo un buen amigo hoy, mi abuelo abrazó la música durante toda su vida igual que la música lo hizo con él cuando más lo necesitaba. 
Pero más allá de su pasión, amor y devoción por este arte, era un auténtico genio, un virtuoso.

Porque era capaz de discernir todos los componentes de una melodía escuchada en la radio y traspasarlo a una partitura, y era capaz de componer durante horas, como un gran profesional sin apenas haber recibido una formación específica nunca.
Aprendió viviendo la música y vivió amándola hasta su final. Y por eso hoy tengo la respuesta más clara que nunca, la creatividad y la inspiración la heredé de mi abuelo.

Porque quizá no me desarrollé en su disciplina, pero sí me transmitió el amor, el esfuerzo, la pasión y la lucha por un sueño  igual que para él siempre fue la música, incluso cuando ya consiguió desarrollarse en ella. Porque igual que él encontró refugio en la música, yo lo encontré en escribir, y porque como mismo los acordes se agolpaban en su mente antes de transcribir o componer una melodía, las letras se agolpan en mi mente para expresar lo que siente mi corazón.

Y hoy, abuelo, siento por ti. Porque fuiste el vivo ejemplo de que en la vida no hay límites más allá de los que nos ponemos nosotros mismos. Que la sabiduría no se aprende en libros y academias, que la satisfacción no depende de los méritos que otros nos quieran reconocer.

Porque creíste en ti cuando aún no sabías ni lo que era una corchea más allá de su nombre. 
Porque perseguiste tu sueño más allá de saber que no iba a ser tu sustento principal.
Porque convertiste un duro momento en una oportunidad para volar. 
Porque luchaste y seguiste creciendo profesionalmente hasta darle forma a esa virtud y a ese talento con el que naciste. 

Porque nos enseñaste, a ti mismo y a todos, que no importa lo que la vida nos tenga preparado, porque siempre vamos a ser nosotros mismos los que finalmente llevemos la batuta si nos lo proponemos.

Porque nos enseñaste, abuelo, que siempre será mejor salir a perseguir esos sueños, que quedarte dormido esperando a ver si algún día el azar los convierte en realidad.

Te podría interesar

Deja un comentario