Magia de San Juan

por Auro

La noche del 23 de junio siempre ha sido especial. 

Recuerdo cuando era niña y mi hermana y yo preparábamos todas y cada una de esas tradiciones que mi abuela nos decía.  

Por la noche tocaba decirle adiós a todas aquellas cosas de las que nos queríamos desprender. Quemábamos en el fuego, papeles que recogían aquellos deseos, frustraciones o caminos recorridos que ya no queríamos volver a transitar. 

El olor a hoguera que nos calentaba más allá del calor que desprendía esa noche de verano junto al mar. En la playa, con la arena despidiendonos de lo vivido y dando paso a la primera de muchas de aquellas noches de verano.

Recuerdo la noche de san Juan como una noche mágica. Donde soñábamos, nos ilusionábamos y escuchábamos a nuestros abuelos contarnos cómo había que vivir ese día. 

Y más allá de los detalles de ese día, quedaba su enseñanza, su sabiduría, como siempre.

Porque lo importante no era lavarnos al día siguiente la cara con pétalos de rosa, o sumergir papelitos con nombres de lo que hoy serían “crushes” en agua. 

Después de los años te das cuenta que lo importante es la Magia. La ilusión. El soñar.

El despertar diferente, con un primer baño en agua salada, para llenarte de luz y energía. Para fusionarte con la naturaleza, con la estación, con la vida. 

Para empezar una mañana fresca, inspiradora, sintiendo que los sueños son  los que guiarán tus pasos en el futuro, y oliendo en tu recuerdo las cenizas del fuego de la noche anterior que consumieron todos aquellos lastres que ya, después de la noche de san Juan, pertenecían para siempre al pasado. 

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