Si este año en la noche de San Juan tuviera que recordar las cosas buenas que se han cumplido frente a las malas ganan las buenas sin ninguna duda.
Lo curioso es que no tenía una lista.
Lo curioso es que no estaba dentro de mis deseos más prontos ninguna de esas cosas que me han sucedido este año, no las dejé escritas como objetivo del 2022.
Sin embargo, han sido los mejores deseos de toda mi vida que, sin pedirlos explícitamente, se han cumplidos. Eran deseos que estaban siempre en mi corazón aunque viera lejanos o imposibles y hoy se que, precisamente por eso se han cumplido. Porque no he dejado de perseguirlos desde el amor más profundo hasta el día de hoy, aún sin ni siquiera darme cuenta de ello.
Tengo muchas cosas malas que quemar también en la hoguera de este año. He tenido que enfrentarme a una de las peores despedidas de mi vida que sigue doliendo cada día, y también hay algunas cosas que me encantaría que dejaran de ser malas para convertirse en buenas. Sobre mi, o sobre los que me rodean que tanto quiero.
Por eso, hoy, en la noche de san Juan que para mi siempre ha estado llena de magia, no haré una hoguera para quemar todo lo malo, porque ya lo estoy intentando por dentro, pero sí escribiré los deseos que quiero que se cumplan, o las cosas malas que quiero que se conviertan en buenas.
Y por supuesto, te recordaré a ti.
Recordaré tus tradiciones, los papelitos en agua a ver cuál se abría, las papas debajo de la cama para ver cuán rica sería ese año, y tu sonrisa, abuela, sobre todo tu sonrisa en las mañanas cuando nos despertabas con el agua llena de pétalos de rosas para empezar el día lavándonos la cara con ese olor.
El olor de la frescura mezclado con el pasado quemado en la hoguera de cada noche de San Juan.
Las nuevas oportunidades frente al dejar atrás.
